Alberto Talavera es periodista y escritor.

Su afición al cine, fotografía, música y pintura también le ha llevado a realizar diversos trabajos en estos campos. Encamina su formación académica hacia las Ciencias de la Información casi desde el principio guiado por una vocación firme basada en su afán de observación, curiosidad por las cosas y facilidad para la comunicación.

Desde pequeño le encantan multitud de facetas relacionadas con la profesión, como recrear en su habitación de juegos, y de maestro de ceremonias, los programas de televisión que más le gustan montando sus propios decorados. Su obsesión con el “Un, dos, tres” que recupera Ibáñez Serrador en 1982 para TVE hace que un familiar consiga que lo cuelen en una de las grabaciones sin público en los míticos Estudios Roma madrileños. De aquella tarde nunca olvida mil anécdotas del rodaje a pie de cámara, y mucho menos su entrada, impresionado, en el enorme plató en ebullición y por la misma puerta que usaban los actores durante el espectáculo: “Un día esto va a ser mi casa”, recuerda que pensó. Tenía diez años. Dos veces más volvió allí, ya en gradas aplaudiendo con más niños y su hermana, en los especiales infantiles a los que, por edad, les permitían asistir con invitación. Sus padres perdonaron dos días de colegio a cambio de una gran ilusión.

Son años en los que también ejerce de pinchadiscos y locutor casero, y fabrica revistas musicales y relatos cortos con la Olivetti portátil de su padre, animado por los profesores de Literatura. Otras veces se arranca con recitales de sus canciones favoritas en el salón, monta megamixes con discos de la movida, y graba cintas y cintas de entrevistas a su madre convertida para el juego en actriz de renombre. O los diálogos y bandas sonoras que inventa con su hermana -sufrida modelo en varios reportajes fotográficos de estilismo- para las películas de Cinexin que proyecta luego en familia. A ratos, y atraído siempre por esa otra magia de la pantalla 4:3, se ha ido empapando la biblia de todos los tiempos para profesionales de la televisión firmada por Gerald Millerson que le han regalado. De otro lado están sus dotes para el dibujo técnico, que hereda de su progenitor, profesional de la mecánica; y es su abuelo materno, orfebre de diseño y cincel propios, en quien se fija para el artístico. Por eso le entretiene idear maquetas y hasta se atreve a dibujar colecciones de moda que presenta en concursos para amateurs que nunca gana, claro.

Con un pie en el instituto y otro apuntando a la Universidad, se adentra en el mundo del teatro para aficionados, y también gana con sus escritos dos accésit seguidos del Premio Lourdes Albertos de Filología que concede la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC). Ya en la facultad se interesará por estudiar otras materias relacionadas con la interpretación y la puesta en escena además del teatro: Cinematografía y Guión. Lo hace en Euskadi, tierra de tradición y renombre para el cine español. Su dedicación y experimentos le valen la calificación más alta precisamente en la única asignatura de la carrera que trata el séptimo arte, así como sendas matrículas de honor en Televisión y Empresa informativas. Durante estos años también participa como script y operador de making-off en dos cortometrajes de realizadores noveles; desarrolla el guión y montaje de un detallado programa documental de dos horas dedicado a los quince años de notoriedad artística y mediática de la cantante Madonna; y el reportaje “Un lazo que une en silencio” sobre vivencias de una pareja que padece sida, para el libro “Euskadi, historias de otra realidad” que publica la Universidad del País Vasco, donde se licencia en 1997.

Su llegada al mundo laboral está precedida de varios meses como becario en prensa escrita y radio. Lo primero, como redactor y coordinador de contenidos del cuadernillo dominical del diario Alerta, en Cantabria. Lo segundo, escribiendo y locutando para “Radio 5. Todo Noticias” en la emisora de Radio Nacional en Valladolid. Durante una temporada también dirige y presenta un magazine semanal para jóvenes en Radio Correo, Vitoria.

El Mundo le ofrece su primera oportunidad ya como profesional, en Valladolid, donde entra como becario de verano y acaba trabajando cuatro años. Coordina la Mesa de Redacción y Cierre de tres ediciones diarias junto a la Jefa de Sección, y también como suplente. En este período firma además reportajes para la sección Cultura, donde entrevista en persona a muchas de las grandes figuras del espectáculo. Asiste también como cronista del periódico al que es ya último concierto en España del malogrado Michael Jackson, en el Estadio José Zorrilla de la capital castellana en septiembre de 1997.

Con el nuevo milenio, sus inquietudes hacen que vuelva a su Madrid natal. Atraviesa una intensa y fructífera etapa personal y profesional en la prensa escrita, pero decide retomar la producción audiovisual y especializarse en Televisión. En otoño de 2001 se matricula en el Curso de presentación y locución de RTVE para pulir técnica y aptitudes, que se prolonga con el Master de Periodismo Audiovisual IEPA-CES, donde recibe clases de Letizia Ortiz, que dos años atrás ha sido alumna de ese mismo programa de estudios. El colofón de esta nueva etapa formativa supone su primer trabajo para una cadena de televisión.

En mayo de 2002 se incorpora en prácticas al equipo del canal temático de economía Expansión TV, como reportero, redactor y locutor. Meses después compagina la edición de vídeos con la presentación de boletines horarios con las otras noticias de actualidad nacionales e internacionales, que supone su primera aparición habitual en pantalla. De Expansión pasa a la central de Localia en la Gran Vía, como redactor y editor de vídeos para Informativos. Puntualmente participa con idéntica labor en uno de los magazines de entretenimiento más vistos de la cadena, y comienza a firmar entrevistas de portada para una nueva revista nacional de moda y tendencias llamada MOI, hoy desaparecida. En esta vuelta a la prensa escrita charla de nuevo con reconocidas figuras del espectáculo en España.

Pocos meses antes de finalizar 2003 abandona Localia, y se presenta a un casting que lo conduce como redactor a un nuevo programa de 100 días que Antena 3 TV va a dedicar al enlace de los Príncipes de Asturias. También graba para este espacio distintos reportajes relacionados con el evento y un documental sobre el noviazgo real. Más adelante interviene en otras producciones de la cadena.

En la última década retienta el lápiz y estudia Diseño de Interiores. Se interesa también por el que era otro de sus juegos de infancia: la Escenografía. Al mismo tiempo pinta sus primeros cuadros y trabaja dos aficiones más: la fotografía y el videoclip. De sus muchas búsquedas estéticas y sesiones -en varias pruebas se autorretrata, y en otras provoca al que mira a su cámara- espera reunir material para mostrar al público distintos volúmenes temáticos donde incluir también algunos de los textos guardados con los años en el fondo de un cajón junto a otro gran deseo: poder firmar una serie de biografías dedicada a personajes de la cultura contemporánea disfrutando, una vez más, el placer de conversar.

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